Eres tú quien alborota mi ser, prende mis sentidos, energía mi cuerpo, asciende mi mente, cada noche cuando tus manos se acercan a mi piel la recorren lentamente casi sin pausas atormentando mis nervios y provocando que los reflejos se agudicen en mi, al amanecer el calor envolvente de tu cuerpo despierta mi ser con ideas locas y todas aquellas ganas de pasar junto a ti mil momentos y aventuras que solo reflejan tu amor.
Tú mi señor ensimismado que ahora benévolo con mi corazón es capaz de debatir, enseñar y afrontar todo tipo de emociones que lo atañen en cualquier momento, capaz de frenar mis sentimientos y apaciguar cada momento de confusión o error, tú mi maestro en lo racional, mi compañero emocional.
Te amo por tu corazón salvaje y calmo, por tu paciencia en la adversidad y con mi ingenuidad, te amo porque demuestras lo mucho que me amas cada vez que comienzo a necesitarlo, porque comprendes cosas de mi que yo desconocía, por eso y todo lo demás, comúnmente obtenido yo te amare hasta que no respire, sabiendo que eres tú el hombre de mi vida, de mi vida en plenitud.
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