Elección

Antagonista de mi tranquilidad, alborotas mis sentidos con esa mirada tuya,

No pretendo transformarme en tu amor, mi mente repite esa frase cada vez

Después del encuentro contigo, pero se me hace tan difícil con mi corazón

Recordándome en cada latido que se enamoro aquella primavera en que

Estuvimos riendo juntos, casi sin motivos, que mutilaste todas mis tristezas,

Solo con esa mirada tuya, que cuenta muchas cosas y luego las convierte en

Gotas de incertidumbre, sin saber si sientes igual que yo, si serás tú quien

Obvia mis sentimientos y solo sigue un juego o si con todas te comportas

De la misma manera, aunque en verdad no importa mi corazón te eligió

O tu ser me escogió, aun no lo determino. Solo sé que comienzo a quererte

Y me gustas tal como eres, así de hombre y con tus acciones de niño.

El Encuentro

Recuerdo que fue un desaire mirarte a los ojos, me encandilaron aquella vez, cuando junto a una sonrisa parecías ser cómplice del sentimiento que me embargaba, tomabas mis manos y jugueteábamos con ellas, tu mirada penetraba intensamente en la mía que a veces sentía que el corazón se paralizaba, que tanto amor no caía en mi corazón.

Incrédula de poseer este sentimiento, de sentir mariposas nuevamente en mi estomago, pero ahora por ti, finalice todo el episodio aquella tarde, excusándome en apuros, pero inevitablemente quedaste impregnado en mi, seguí observando en la mente tus ojos, esa mirada que aloca mis sentidos, sin quererlo hasta tu perfume quedó rondándome.

Fue anocheciendo nos mirábamos y sonreíamos, a veces de mis tonterías, de mis locuras cotidianas cuando me siento feliz, otras de tus nervios al acercarme , yo gozaba con tu rostro de no concebir en qué momento enloquecí, o de tu timidez cuando entre juegos y conversaciones te coqueteaba, esa noche hasta baile para ti, como una adolescente fui.

Así toda una velada, entre quehaceres, conversaciones, bailes y canciones la luminosidad de un nuevo día asomaba por la ventana, mi ser quería ir a tu lado, mi alma no quería alejarse y mi pobre corazón cedía nuevamente ante Cupido, ese angelito indeseable que pensé jamás volver a sentir, desde que exigí que no volviera nunca más por mí.

Eres mi Apólogo.

Llegaste el mes que los gatos alocan su vida y demuestran su amor a la luna, como si fueras uno de ellos miraste dentro de mi ser, aturdiste mis sentidos y al pasar los días con nuestro primer beso declaraste que me amabas desde el momento en que me conociste, yo cautelosa prefería cerrar mis sentidos antes de tropezar con tu ser, pero sin darme cuenta sentía igual que tú, alargamos la conquista, entretuviste mis labios con los tuyos y nuestras manos se afianzaron totalmente, cuando volviste a insistir que escribiéramos juntos el destino, sellaste mi afirmativa con el mas dulce de los besos, siendo la primera vez que siento mi cuerpo flotar a ras del suelo. La lagrima que corrió por mis mejillas aquel día, pensando en concretar lo que tanto anhelaba, ahora comprendo fue el presagio de mi porvenir, no eras quien creía te idealice sin racionalizar mi cariño, dejando al descubierto mi corazón, en carne viva.
Tu fallaste mi amor, fue un golpe por la espalda noqueaste mi cuento de hadas, estropeando aquel final de ser felices por siempre, diste una puñalada certera a cada uno de mis sentimientos, no supe reaccionar colapsaron todos en mi mente dejándome tumbada, perpleja y sola. ¿Como, porque, cuando? No podía ser verdad, no era la única en tu vida, dividías vilmente tu amor, tomabas a manos llenas amor sin medidas y tenias el control absoluto de nuestras vidas a tu lado, con ese rostro que parecía sincero quien imaginaria la crueldad que con mi corazón cometías. Negar, confundir y evadir fueron tus primeras respuestas, a lo que ya era evidente, si no hubiera visto mi orgullo despedazándose con tu veredicto seguro creería aun en ti y habría cegado mis ojos por quedarme a tu lado, estuve idiotizada tanto tiempo por ti...

Cuando recobre la razón ya estabas lejos de mi vida, creo que obre bien guiada por esta y te sentencie al olvido, aunque eso ocurriera después un millar de lagrimas empapando mi ropa, mi almohada y mis pañuelos, después de sentir el álgido abrazo de la soledad cada noche un duradero ciclo, después de muchos poemas en tu nombre, después de muchas canciones al viento...