Guardián de mis noches.

Una velada a fines de agosto nos encontramos, tu eras Diamante, una piedra a medio pulir, un zafiro precioso por sus cualidades, tenias lo que buscaba, mi corazón se detuvo reconociéndote enseguida y mis manos tipeaban con deleite las respuestas a tus preguntas.

Continuaron nuestros encuentros, parecías estar frente a mi, con tus historias, tus fotos y esas frases dulces que permanecen en mi corazón, eres mi engalanado individuo que se mantiene oculto tras su ordenador dejando salir solo su escencia, tu alocada personalidad cautivadora.


Con el paso del tiempo, siempre a la misma hora y en el lugar exacto, tu vida se entrelaza con la mía, te has transformado en el guardian de mis veladas, ya no consigo entretener mi vista con algun otro quehacer solo tu tienes toda mi atencion y veo venir que sera eterno.
Centinela de mis noches, ahora tambien eres poseedor de mis sueños y pensamientos, no te olvido en las mañanas y te extraño por las tardes. Solo espero que nunca me defraudes.