Príncipe de mis sueños, te espere tanto tiempo, muchas veces imagine tu llegada, idealice tu rostro de mil maneras, delimite el camino una y otra vez para que no extraviaras, cada mañana ilusionada comenzaba el día presintiendo que venias.
Sultán de mis deseos, yo quería inmortalizar nuestro inicial beso, perpetuar nuestras primeras miradas, eternizar nuestro abrazo y que perdurara para siempre nuestra unión. Deseaba embalsamar tu cuerpo con mis besos, aromatizar mi ser con el tuyo, hacernos una mezcla uniforme cada vez.
A cambio llegaste a mi vida tu, soberano de las confusiones, hereje del amor, primogénito de las mentiras, desdichado profanador de anhelos, vulnerador de mis sentimientos, insensible consorte.