Sultán de mis deseos, yo quería inmortalizar nuestro inicial beso, perpetuar nuestras primeras miradas, eternizar nuestro abrazo y que perdurara para siempre nuestra unión. Deseaba embalsamar tu cuerpo con mis besos, aromatizar mi ser con el tuyo, hacernos una mezcla uniforme cada vez.
A cambio llegaste a mi vida tu, soberano de las confusiones, hereje del amor, primogénito de las mentiras, desdichado profanador de anhelos, vulnerador de mis sentimientos, insensible consorte.
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