Sobrecogidos ambos por estar fuera de nuestro hogar, por no ver esos ojitos de los más pequeños felices con nuestros regalos, fuimos buenos cómplices de la tristeza.
Fue una noche buena, no de las mejores, pero estabas allí apoyando, distrayendome del pesar de la situación mientras por mi mente una idea reconfortante tomaba posesión de mi corazón y fue que juntos disfrutáramos la mañana navideña.
Gran error, fatal respuesta... Aún no soy de tu total importancia, morías como, yo por verte abrir tus regalos y mi primera navidad en pareja, tú solo querías correr a los brazos de tu madre como un bebe.
Gran error, fatal respuesta... Aún no soy de tu total importancia, morías como, yo por verte abrir tus regalos y mi primera navidad en pareja, tú solo querías correr a los brazos de tu madre como un bebe.
Lamentablemente tropecé con un niño, aún no preparado para una mujer como yo, alguien que sabe dar a cada quien su lugar en mi vida y he debido con mi tristeza por tu condición tomar una importante decisión, favorable a la razón... Esperar.
Esperar a que te animes a despechar y logres como un hombre resuelto aceptar el lugar que te he regalado, siendo este, a mi lado con la madurez que creía tenías ya, en cada evento formal.
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