Desde aquel día.

La brisa tibia de noviembre rodeo nuestros cuerpos,

dejando un aire a fantasía mientras tus labios contestaban

interrogantes que de mi boca salían, sin deducir el afán

de conocerte aquel día, recuerdo como tus ojos parpadeaban

al compás de los míos y la dulzura de tu mirada cuando respondías.

Todo fue pausado en el tiempo, parecía detenerse cada vez que

nuestros seres se cruzaban por aquel pasillo, donde los roces y

palabras cruzadas alegraban tiempos de responsabilidades unidas,

rememorando, esos golpes de mi corazón en el pecho fueron

como la apertura de un portal, que un año mas tarde nos aproximo.

Entre saltos, bailes y canciones, con chistes, cuentos y errores que a nuestro vinculo aportaba mi alocado ser, rebatías con la frialdad de tus palabras, la rudeza de tus acciones y desinterés a un sentimiento en bruto de amistad, que insistía en renacer cada vez que tu esencia la extinguía, sin importar que nuestros corazones ya se unían...