Pantalones Arrugados

Después de pasar horas pensando que haré si te veo,

que responder si intentas hablarme, escuchar o no tus excusas o dejarlo todo atrás y tomar tus manos, llevarte a mi lado, golpearte como mereces, besarte tiernamente, bailar con otro en tu frente.

Después de tejer en mi mente miles de historias desenfrenadamente sobre que podría pasar

en nuestro encuentro, en aquel conocido lugar donde nos entrábamos siempre, donde nos vimos y fue testigo de nuestras aventuras, de nuestro amor y una amistad.

Después de analizar cada detalle, como hacer para que vuelvas para que te quedes por siempre...
Sentada aquí en mi cama en un cuarto casi vacío me fatiga el solo hecho de no lograr que veas en mi,

a quien amas, me pruebo una y otra blusa alucinando que me miras, que observas mis detalles
imaginando tu rostro encantado de mi ser.

Sentada aquí, vuelvo los ojos, aterrizando a mi incomprendida belleza, que no aflora con tanta ropa esta aquí guardada muy dentro de mi ser asustadiza, cada vez que se dio a conocer salió lastimada nunca mas será el caso, ya no saldrá de donde esta.

Sentada casi perpleja, no puedo moverme con la idea que tal vez te vuelva a ver, con mis pantalones arrugados, una botas y aquella chaqueta de mezclilla cómplice de tus abrazos termino por verstirme, me armo de valor y voy.
Así como las arrugas de mi pantalón siento mi corazón agitado en mi pecho con pliegues de nerviosismo, a la sombra de tantas arrugas mis bellos ojos aterrorizados por tu recuerdo... Ya nose si quiero volver a verte, si prefiero sentirte perdido ahora u observarte con otra entre tus brazos, sentirte olvidado a luchar porque dirijas tus ojos a mi ser, para demostrarlo...

Tan arrugado esta mi pantalón, tan agitada mi alma, tan dolido mi corazón, tan cansada mi mente, tan lastimado mi ser, tan diminuto mi ego y tan confundida, que regreso a casa...

Esta vez no gane, no reí ni baile, deje de disfrutar la fiesta, pero tampoco perdí, no expuse mi persona por completo a la locura de seguir luchando, por algo que ni yo entiendo.

Tal vez estuviste allí, disfrutaste sin mi, quizás me buscaste entre tantas... o no llegaste para no encontarte conmigo y nos quedamos dormidos un fin de semana sin vernos, ni empeñarnos en una novela que mata poco a poco lo que queda de una amistad interrumpida por la astucia loca del amor...  Que nos dejo maltratados sin poder volvernos a ver